Por: Adriana Romero y Victoria Flores

La doctora María Diana Lorena Rubio Navarro ha dedicado gran parte de su vida a mostrarle a miles de estudiantes el maravilloso mundo de la ciencia, dejando de lado la enseñanza convencional para convertirse en inspiración de muchas personas.

Diana ya había tenido oportunidad de impartir clases a nivel universitario, pero cuando estaba en sus últimos semestres del doctorado, recibió una invitación para dar clases en bachillerato, nivel del cual se enamoró completamente, pues para ella representa una etapa de búsqueda de identidad asociado a los cambios físicos y psicológicos: “Les estudiantes buscan una identidad, a alguien que les inspire, les toque, alguien que de alguna manera les ayude también a tomar decisiones vocacionales”, comenta en entrevista para Frecuencia CEM.

Yo quería que elles supieran que hacer ciencia puede ser para cualquier género, que no importa la condición socioeconómica que tengan; las competencias que se necesitan para estas áreas cualquiera las puede desarrollar”, señala.

En el caso de Diana, su gran impulsor fue el profesor Jorge Morales a quien conoció en la universidad. Él fue la primera persona que la acercó a una experiencia de trabajo científico en el momento en que ella estaba terminando la licenciatura. La hizo sentir confiada, sobre todo porque el índice de personas que se titulan es muy bajo.

De igual manera, durante el posgrado en el área de neurociencias, el doctor Manuel Salas confió en ella estando en una carrera no tan común. No tuvo problema en aceptarla en su laboratorio y en su formación como científica. Ella era constante, crítica, empática, solidaria, con amor y pasión por la ciencia.

Sus estudiantes son su mayor inspiración. Su objetivo es que elles no piensen en momento alguno que no son buenes; provocando siempre que sean preguntones y curioses; además de fomentar las vocaciones, desarrollando en elles competencias que necesitan actualmente en cualquier sector de empleabilidad.

Aunque sus primeras clases no fueron “perfectas”, a medida que pasó el tiempo decidió cambiar sus tácticas de enseñanza, para que sus alumnes vieran la ciencia como un proyecto de vida.

En ocasiones no tenían laboratorio. Llegaba al aula con muchas cosas y ensuciaban todo. Y aunque al final del día terminaran lavando el salón, quería que tuvieran la experiencia de lo que realmente hace un científico, como registrar, manipular cosas, variables; para que entregaran un reporte y sacaran conclusiones de lo que habían propuesto, sugerido y experimentado.

Incluso, creó un club de ciencias.

Algo que considera muy importante en su labor como docente es la formación del carácter, en cómo tiene oportunidad de incidir en los estudiantes para provocarles confianza, autodeterminación y empatía, de manera que se descubran, desarrollen sus talentos y los enfoquen para mejorar el mundo.

El éxito es de todes, es de quien se lo pone en la cabeza”, reitera. En el camino, menciona, hay que identificar aquello que te apasiona, a lo que deberás invertirle tiempo, atención, dinero, constancia, pero sobre todo motivación, pues no siempre salen bien las cosas. Hay que asumir riesgos, seguir tus instintos, para que al final del día puedas irte a la cama con buen sabor de boca y levantarte con intención. Es importante tener pequeñas metas diarias sin dejar pasar una ocasión de haber escalado.

Pero, no todo es trabajo para Diana. Para cuidar su salud mental hace ejercicio por la mañana o algo que la active. Las tardes las disfruta con sus hijas; los viernes -por ejemplo- juega con ellas. Para poder relajarse sale a caminar los fines de semana. Le encanta hacer senderismo, subir montañas. Actualmente está explorando la meditación.

Diana se considera una persona a la que le gusta aprender de todo un poco, “cualquier cosa que venga a mi mente, despierte mi espíritu preguntón y mi espíritu de curiosidad”, nos indica. Tiene una licenciatura en educación física, una maestría en ciencias, un doctorado en ciencias biomédicas y un postdoctorado en el área de nanotecnología. De no haberse dedicado a la docencia, le hubiera gustado ser ingeniera militar o médica.

Fue nombrada top 10 para el Global Teacher Prize 2021, galardón que reconoce a un educador comprometido, que haya tenido impacto en su alumnado y comunidad.

Diana Rubio Navarro es una profesora de élite, un ejemplo para la comunidad académica, y una inspiración para las personas que le rodean.

Diana Rubio Navarro
Diana Rubio Navarro

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Foto de portada: Dariusz Sankowski