Por: Daniela Cuanalo

El movimiento Okupa no es reciente, pues tiene su origen en España en los años sesenta debido al aumento de precios de la vivienda y la precariedad salarial. Consiste en dar uso a terrenos y edificios abandonados o desocupados como vivienda, lugar de reunión, centros sociales y culturales. Después, estos espacios se utilizaron como base de movimientos sociales y se expandieron hasta América Latina.

El 4 de septiembre de 2020, familiares de víctimas de violencia de género tomaron la sede de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) en el Centro Histórico de la Ciudad de México, como protesta ante la inacción de las autoridades. A este hecho se unieron diversos colectivos feministas como Aquelarre Violeta, Movimiento Estudiantil Feminista y Crianza Feminista, con el fin de exigir acciones ante la creciente violencia contra las mujeres y niñas. Además, se cambió la placa de la CNDH por una lona con la leyenda “Casa de Refugio”. 

Ante esto, el presidente Andrés Manuel López Obrador declaró en la mañanera del 7 de septiembre de 2020 respetar las manifestaciones, pero “no estaba de acuerdo con el vandalismo”.

Con el paso del tiempo, se convirtió en un lugar de escape de la violencia que se vive en México; un espacio al cual acudían mujeres violentadas o personas en busca de justicia para sus muertas. Después, comenzaron con la colecta de donaciones para los habitantes de la Okupa. Además, se transformaba esporádicamente en una mercadita, donde las emprendedoras vendían diversos productos o recaudaban dinero a través de performance o bailables.

A más de un año de su toma, el 15 de abril de 2022, policías desalojaron el edificio ubicado en la calle de Cuba. Esto después de que, en redes sociales, se hiciera viral el ataque a una mujer que iba en su vehículo al negarse a darle dinero a mujeres encapuchadas.

De acuerdo con la CNDH, la recuperación del edificio fue “en absoluto respeto a los derechos humanos”.

Esto choca con las declaraciones de integrantes del Bloque Negro, quienes afirmaron que fueron sacadas de manera violenta del edificio.

Las detenidas entonces fueron puestas a disposición del Ministerio Público, y posteriormente trasladadas al Centro Femenil de Reinserción Social Santa Martha Acatitla.

Cabe destacar que, en redes sociales circulan declaraciones de mujeres que denuncian presunta violencia dentro de la Okupa y cómo ésta se había desviado de su objetivo. Acusan a las líderes de utilizar las donaciones para realizar fiestas, comprar sustancias prohibidas y racionar los alimentos a las refugiadas.

El lunes pasado, la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México anunció que un juez de control vinculó a proceso a las tres mujeres detenidas no solo por delitos contra la salud en la modalidad de narcomenudeo, sino por posible participación en robo agravado calificado y daño a la propiedad doloso -ambos en pandilla-, les ordenó la medida cautelar de prisión preventiva oficiosa, y fijó el plazo de un mes con 15 días para el cierre de la investigación complementaria.

Voces sobre la Okupa

En un contexto de extrema violencia contra las mujeres, es fundamental escuchar a todas las partes para conocer a fondo lo que sucedía en el recinto, y seguir buscando justicia y protección para las niñas y mujeres de México.

Foto de portada: B.jars