Por: Abigail Arenas

El COVID-19 y la pandemia que trajo consigo, ocasionaron severos estragos en la economía mundial, de los que apenas comenzábamos a recuperarnos. Sin embargo, parece que tendremos que esperar un poco más para lograrlo, pues la actual guerra entre Rusia y Ucrania no le está haciendo favor alguno a la economía, ya que ralentiza su crecimiento y dispara la inflación.

El que los países involucrados en este conflicto sean relevantes proveedores en petróleo, gas, metales, trigo y maíz, hace que la restricción en la distribución de éstos provoque un incremento en sus precios.

El pronóstico de crecimiento económico mundial realizado en enero por el Fondo Monetario Internacional (FMI), ahora ha sido revisado a la baja 3.6 % para éste y el próximo año.

Y, por si fuera poco, se proyectó –nuevamente– una baja en el crecimiento económico de México de 0.8 porcentual, es decir, del pronóstico de 2.8 % que el país tenía a inicios de año, ahora se encuentra en 2.0 %. Esto se debe no solo a lo mencionado anteriormente, sino también a la desaceleración económica de Estados Unidos.

Respecto a la inflación, se estima que el indicador nacional se mueva a 6.8 % en 2022 y baje a 3.9 % para 2023.