Por: Valeria Romero
¿Alguna vez te has preguntado si nuestro cuerpo puede funcionar con órganos de otras especies?
Por más extraño o imposible que suene, en enero de este año, David Bennett, un hombre de 57 años con una enfermedad cardíaca terminal, recibió el primer trasplante de corazón de puerco genéticamente modificado.
“Xenotrasplante” es el término que se le da al proceso de introducir órganos animales en seres humanos, nada sencillo, puesto que el cuerpo humano no es compatible con otras especies. A pesar de que los órganos porcinos tienen características muy similares a los nuestros, nuestro organismo los rechaza. Sin embargo, el corazón que recibió el Sr. Bennett provino de una línea de cerdos genéticamente modificados por la empresa Revivicor. Estos animales cuentan con 4 genes propios del animal silenciados -se bloquea su expresión- y con la inserción de 6 genes humanos, todo ello con el objetivo de que el cuerpo humano pueda asimilar el órgano y que las células del mismo no crezcan anormalmente dentro del paciente.
Debido a la competitividad empresarial, Revivicor no ha revelado específicamente cuáles fueron los genes alterados ni la forma en que fueron editados, pero parece ser que estas modificaciones van por el camino indicado, ya que el Sr. Bennett durante dos meses -a pesar de mantenerse en cama- pudo pasar tiempo con su familia e incluso ver el Super Bowl.
Durante este tiempo, se superaron un sinfín de expectativas dado que este procedimiento no fue parte de un experimento controlado, sino parte de un permiso excepcional aprobado por la FDA (Food and Drug Administration) en los Estados Unidos, en el que se permite a pacientes desahuciados acceder de emergencia a procedimientos y/o tratamientos experimentales.
Desafortunadamente, el pasado 8 de marzo, el Sr. Bennett falleció. Aún no se proporcionan los detalles de su muerte, ya que la Escuela de Medicina de Maryland, en donde tuvo lugar el procedimiento, pretende publicar un artículo con toda la información sobre el trasplante y su evolución.