Por: Abigail Arenas

Ya comienzan a vivirse las primeras repercusiones de no haber escuchado a los expertos en su momento. Desde 2015, se hablaba de que la falta de lluvias podría traer una crisis hídrica en diversas regiones del país, incluida Monterrey, pues la zona metropolitana es abastecida principalmente por dos presas que, hoy, se encuentran secas.

Esta situación ha llevado a las autoridades a regular el suministro de agua doméstico diario, con una disminución de presión al máximo por sectores y horario establecidos.

Monterrey es una zona árida, con tendencias a la sequía, en donde se consume agua como si fuera una zona tropical, sumándole que las temperaturas tan altas que alcanza evaporan más agua de la que llueve.

Se sabe que, los mayores consumidores de este vital líquido son la ganadería, la industria y la agricultura. Sin embargo, el gobierno aún no ha puesto medidas regulatorias de agua para ninguna de estas actividades.

Actualmente, se ha desarrollado un plan para sustituir el agua de las presas con un sistema de pozos, la pregunta es ¿en cuánto tiempo estará listo y cuánto durará?

Por tanto, queda en duda si los cortes de agua a la población y los pozos serán suficientes para mitigar el problema, cuando la mayor fuga de agua sigue abierta.

Foto de portada: Francesco Ungaro