Por: María Fernanda Leyva

Cuando se habla de deporte, lo que probablemente los fanáticos tienen en mente, son hombres siendo los protagonistas. Sin embargo, hoy en día, las mujeres se encuentran conquistando distintas disciplinas en todo el mundo, y rompiendo los estereotipos y las ideas que se tienen sobre el supuesto bajo nivel que existe en su rama.

Antecedentes

Esto no llega como una novedad para alguien, pues incluso desde los primeros Juegos Olímpicos, las mujeres solteras sólo eran admitidas como espectadoras. Así que decidieron crear y celebrar los Juegos Hereos (en honor a la diosa Hera), en donde corrían por edad. Después, las mujeres dejaron de tener participación deportiva, por ser considerada una actividad física pesada.

Todo cambió a partir del siglo XX, cuando las mujeres -cansadas de que no se les permitiera participar en actividades deportivas- formaron los Juegos Mundiales femeninos, en 1922 y 1926. Al inicio, se pensó que no tendrían impacto, pero tuvieron muchísimos fanáticos y aún más, participación de atletas. De esa forma, el Comité Olímpico Internacional volteó a verlas y les abrió las puertas para que participaran en la justa olímpica dentro de categorías creadas para ellas.

Las pioneras

En 1967, Kathrine Switzer modificó las reglas del juego para siempre al correr el Maratón de Boston, considerado el más antiguo del mundo. Switzer buscó la manera de burlar la prohibición que había sobre las mujeres, participando en distintos eventos deportivos. En esta competencia, portó el dorsal 261 y terminó el circuito en 4 horas y 20 minutos, a pesar de todos los obstáculos que los organizadores le pusieron.

En el deporte motor, la italiana Maria Grazia Lella Lombardi se convirtió en la primera mujer en la historia en puntuar en una competencia oficial de Fórmula 1 en el Gran Premio de España de 1975, iniciando como la número 24 y finalizando en sexto lugar. Las críticas y comentarios sobre que éste era un deporte de hombres no le importaron y se dedicó a hacer historia.

Estas dos mujeres se convirtieron en las primeras en incursionar al mundo deportivo que se creía sólo varonil.

La época contemporánea

Los años 70 fueron el parteaguas para que empezáramos a ver a mujeres contendiendo en distintas disciplinas deportivas. Nadia Comaneci, Larisa Latynina y Kathrine Switzer se volvieron inspiración para las grandes deportistas que vemos hoy compitiendo, como Serena Williams, Simone Biles, Sarah Fuller o Jamie Chadwick, por mencionar algunas.

La participación no se queda solo en las canchas. En la actualidad, hay una gran cantidad de mujeres ejerciendo como expertas en puestos directivos, de árbitras o entrenadoras.

Seiko Hashimoto, la nueva jefa organizadora de los Juegos Olímpicos de Tokio, intervino en distintos eventos deportivos de talla mundial como atleta y es la ministra encargada del empoderamiento de las mujeres y la equidad de género. 

Al igual que Hashimoto, se encuentra Sarah Thomas, la primera mujer en ser arbitra en un Super Bowl, quien -a pesar de estar preparada para el puesto- cerró sus redes sociales para evitar verse involucrada en algún escándalo que truncara su desarrollo como cebra de la NFL.

Estos ejemplos de muchos, muestran cómo ha crecido el movimiento deportivo femenil, al punto de estar involucradas en la creación de espacios para mujeres. El talento y la experiencia no se pueden cuestionar al leer sus expedientes y ver el profesionalismo con el que se manejan. No es coincidencia que el equipo ganador del Super Bowl tenga a dos entrenadoras en su plantilla.

Este 8 de marzo, celebramos a cada una de estas grandes mujeres que nos inspiran a ir por lo que queremos y, sobre todo, a darnos cuenta de que somos imparables dentro y fuera de la cancha.

Foto de portada: Pete Linforth