Por: Xim Martínez

Este sábado en House of Vans -la casa más cool de México- Kiki House of UBetta organizó una noche de Ball inspirada en la reina del Tex-Mex: Selena Quintanilla.

Desde las calles colindantes se distinguían a las personas que asistirían con sus outfits osados, brillantes y memorables.

El Ballroom es un espacio de existencia y resistencia lgbt+, queer y disidente, en el que reclamamos el poder de nuestros cuerpos y cuerpas, se borran los límites de la binariedad y las expectativas de género, y se celebra la diversidad de verdad, esa que desafía el status quo a través de la performatividad. En éste, también se disputa el estatus de las casas o familias -elegidas-, que acogen a personas de la diversidad en espacios comunitarios de cuidado mutuo y aprendizaje.

Al inicio, les participantes sirvieron rostro, look y cuerpo en el escenario, con una caminata de introducción acompañada de voguing potente para destacar la entrada de sus casas o sus participaciones individuales.

La primera categoría fue Runway with a twist, con un caminar digno de las pasarelas americanas, para transformarse en un estilo europeo; categorías que fueron juzgadas estrictamente e incluso aquelles con atuendos fabulosos no lograron excusarse.

Aunque no solo se trata de lo estético, en Hands performance demostraron su capacidad de contar historias con manos y brazos al ritmo de la música pinchada por Atlas 007, el DJ de la noche. La disputa fue feroz, y los cantos de apoyo a las casas reclamaron el espacio en HoV para sumergirnos por completo en una realidad con las celebridades de nuestro propio mundo.

“¡Las vogueras lo están dando todo, las disidencias lo están dando todo!”

En Performance with an understudy voguearon Baby y Mentorx frente a frente con otra pareja, dejando la pasión y nombre de su familia en cada pose; imposible no contagiarse del espíritu competitivo, incluso la MC Escorpiona 007 nos animó a cantar los drops ¡cómo se debe!

Después, llegó el momento de tomar los micrófonos y chantear. En el escenario no lograron resistirse a responder con sus mejores pasos, poses y twirls. Pareciera que todes les asistentes respiraban, transpiraban y desbordaban talento, pero todo se definiría con la categoría final: el Lip sync tan esperado de las canciones de Selena, la semifinal con Bidi Bidi Bom Bom, y la final con ninguna otra, si no era con Como La Flor.

En este maravilloso Kiki Ball con vogue, sirviendo looks y performance se celebró el cuerpo, la sensualidad no hegemónica y la resistencia de tomar los espacios culturales y hacerlos hogar de nuestras realidades, sin dejar de abrazarnos en la comunidad a la que pertenecemos.

Foto de portada: Cortesía Kiki House of UBetta